Frecuentemente y con justa razón en México atribuimos a los sindicatos la culpa de la ineficiencia del gobierno e incluso simplificamos la causa de grandes problemas nacionales a los respectivos que tienen secuestrados a Pemex, la CFE, el IMSS o la educación tanto a nivel federal como estatal, mientras que en Estados Unidos campañas anticomunistas durante la guerra fría y la infiltración del crimen organizado en algunos sindicatos cimentaron la mala imagen de los sindicatos en ese país. Pero el que existan este tipo de ejemplos que representan lo peor del sindicalismo, no significa que los sindicatos no deben de existir, ya que tienen la función de nivelar el poder de negociación de los trabajadores ante sus empleadores, que les permita garantizar la mejora de sus condiciones laborales, rol que resulta trascendental para la economía de un país, ya que a nivel macroeconómico la existencia o no de verdaderos sindicatos se ve reflejado en los ingresos promedio de los trabajadores. Por
Según una encuesta realizada en junio de 2022 por la unión de cámaras de comercio europeas, el 23% de las empresas de la unión europea están considerando mover sus inversiones de china, mientras que otra encuesta realizada por la cámara de comercio americana en China arrojó que 26% de las empresas manufactureras de Estados Unidos instaladas en China están actualmente relocalizando su producción, además de mostrar que se cancelaron el 19% de nuevas inversiones que estaban destinadas para China, cifra que duplica las cancelaciones que se realizaron durante 2021. Datos que nos muestran una imagen clara del fenómeno de relocalización de líneas de producción que está ocurriendo en este momento, al que también se le conoce como Nearshoring, lo que nos trae a la pregunta central de este artículo ¿Por qué las empresas occidentales están saliendo de China? Si bien el Nearshoring es el resultado de la coincidencia de varios factores como la guerra comercial entre Estados y China, el incremento