Cómo lograr una mejor justicia laboral en México sin sacrificar la rentabilidad de las empresas

Equilibrio entre vida laboral y vida personal

 Como bien podemos imaginarnos, en esta vida alguien tiene que pagar los platos rotos, y el crear un derecho o una prestación laboral implica un costo que según nuestras las leyes en materia laboral debe ser pagado por los trabajadores, por los patrones, por el gobierno o por una combinación de los tres, por ejemplo, el incremento del salario mínimo, el incremento del número de días de vacaciones y la prohibición al outsourcing, han sido absorbidos por las empresas quienes a su vez le trasladan ese costo a sus clientes el incremento del precio de sus productos o servicios, mientras que los costos relacionados por el incremento de las aportaciones a las pensiones de los trabajadores de la reforma de 2020 han sido absorbidos una parte los patrones y otra parte por el gobierno. 

Por lo que, si bien estos cambios sin duda han mejorado las condiciones de los trabajadores mexicanos, como lo podemos ver en las estadísticas de consumo y en los bajas tasas de desempleo y desocupación, indicadores que sin lugar a duda justifican el que se hayan aprobado los incrementos al salario mínimo y las demás prestaciones mínimas de ley para los trabajadores, pero resulta innegable que este incremento en el bienestar de los trabajadores mexicanos, ha sido en gran medida a costa de incrementar los costos laborales de las empresas y patrones, costos que cada vez están más cerca de convertirse en barreras para la contratación de nuevos trabajadores, hecho que podría poner en riesgo el buen momento que vive nuestra economía. 

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Lo que nos pone en una verdadera encrucijada, ya que si bien es una realidad que los trabajadores mexicanos encabezan las listas mundiales con más horas trabajadas a nivel mundial y a pesar del incremento del número de días de vacaciones México sigue siendo uno de los países con menos días de vacaciones al año y con menos días de descanso obligatorio, además que, a pesar de los significativos incrementos al salario mínimo, los salarios promedio que ganan los trabajadores mexicanos siguen estando rezagados en comparación con países con el mismo nivel de desarrollo que México. 

Aunque aún hay mucho por hacer en materia de mejoras laborales, nuestros legisladores deben buscar un equilibrio entre  mejorar las condiciones de trabajo en México, y que esta mejora no afecte la sustentabilidad de las empresas mexicanas, por ejemplo, en la práctica para reducir la jornada laboral, incrementar el número de días de vacaciones y cubrir los días festivos adicionales, las empresas deben incrementar su personal para sustituir las 8 horas semanales  y los 6 días de vacaciones adicionales anuales por cada empleado actual. 

Entonces a la hora de proponer ampliaciones de prestaciones laborales se debe analizar el costo que ello significa, de una manera similar a como a la hora de aprobar cambios de políticas públicas, como la ampliación de servicios de salud o garantizar la cobertura de educación a estudiantes en edades de cursar el bachillerato,  los legisladores deben incluir en la ley como se pagara del presupuesto público la aplicación de estos programas, y regresando al caso de las prestaciones laborales se debería contemplar cómo evitar que el aplicar una mejora laboral cómo reducir la jornada laboral, no desinhiba la contratación de personas o incluso ocasione el despido de trabajadores. 

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Ya que el costo de una potencial aprobación de prestaciones laborales como duplicar el aguinaldo, se sumarían a los incrementos al salario mínimo, que ya representan una carga bastante pesada a los costos operativos de las empresas, los cuales comienzan a reflejarse en el incremento de precios de productos y servicios, por ejemplo, en la región fronteriza donde más se ha incrementado el salario mínimo, ya es perceptible una ola inflacionaria principalmente en alimentos preparados, así como también se comienza a notar en algunas ciudades con economías menos dinámicas la incapacidad de muchas pequeñas empresas de pagar los nuevos salarios. 

Y es aquí donde debemos hacer una pequeña pausa, para analizar con más detalle las iniciativas en materia laboral ya que es indispensable que tomen en cuenta tanto las necesidades de los trabajadores como de las empresas, pero, sobre todo, haciendo aun lado el factor electoral, ya que es muy fácil que políticos de todas las facciones e ideologías utilicen este tipo de propuestas para ganarse de forma fácil la simpatía del electorado, ya que por ejemplo, que ciudadano en su sano juicio se opondría al incremento al salario mínimo, a la reducción de la jornada laboral o al incremento del aguinaldo. A la vez que se debe cuidar el no desacreditar estas iniciativas como electoreras solo por el momento en que estamos, ya que independientemente del oportunismo electoral, todas estas iniciativas laborales están más que justificadas, ya que son el resultado de necesidades y problemas reales que afectan a la fuerza laboral mexicana. 

Debido a que, tanto México como muchos otros países del mundo se encuentra inmerso en una espiral de cambios en materia laboral, que es una consecuencia directa de la tendencia sobre cómo los gobernantes perciben los nuevos movimientos laborales que buscan corregir la precarización de las condiciones laborales, que se generó como consecuencia de la aplicación de políticas desregulatorias en las décadas de los 90´s y 2000 influenciadas en gran medida por el cabildeo de las grandes empresas en busca de incrementar sus beneficios, incluso si la aplicación de dichos cambios implica reducir prestaciones y derechos laborales. 

Escenario que nos ofrece muestra clara, sobre cómo después de haber beneficiado al extremo durante décadas los intereses de las empresas, esta tendencia está comenzando lentamente a revertirse gracias al poder de negociación que están adquiriendo los trabajadores debido a la escasez de personal que sufre el mercado laboral como consecuencia de la pandemia, hecho que está obligando a los políticos a que poco a poco  cambien el sentido de las leyes laborales que proponen, ahora buscando incrementar las prestaciones y derechos de los trabajadores, no porque antes no creyeran que esto fuera necesario, ni tampoco porque antes no comprendieran que estaban precarizando las condiciones laborales del país, simplemente sucedió así, porque era más rentable el atender el cabildeo de las cúpulas empresariales, mientras que ahora gracias a esta nueva perspectiva de la población y del poder de negociación ganado por los trabajadores resulta políticamente rentable el proponer iniciativas que mejoren las condiciones de trabajo en México 

Fenómeno que en el mundo se le denomina efecto péndulo, ya que al llevar al extremo el sentido de a quién benefician una serie de modificaciones a las leyes, gradualmente va generando grupos de personas que resultan afectadas por dichas modificaciones, grupos que se van haciendo cada vez más grandes, con el paso del tiempo conforme las consecuencias de dichos cambios se van haciendo visibles para cualquiera y logran generar empatía incluso de aquellas personas que no resultaron afectadas.  

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Por ejemplo en Argentina la victoria de Javier Milei hizo evidente este efecto péndulo pero en el sentido contrario, ya que su victoria presidencial es la consecuencia de los efectos de décadas en que los gobiernos peronistas beneficiaron al extremo a los trabajadores de su país, producto de negociaciones con sindicatos cada vez más poderosos que secuestraron la agenda política de los últimos gobiernos, provocando que las prestaciones laborales se convirtieran en un lastre para la productividad del país, cuyo principal efecto es la hiperinflación que sufre Argentina desde hace casi 20 años. Y como podemos ver los primeros días de su gobierno han provocado en shock interno que ha llevado incluso a un paro nacional organizado por los principales sindicatos, debido a que muchos de los cambios anunciados por Milei para corregir la hiperinflación consisten en revertir muchas de las prestaciones excesivas no basadas en productividad que perciben los trabajadores argentinos. 

Ejemplo que nos lleva a que en México reflexionemos más detenidamente cómo debemos corregir las condiciones precarias de trabajo que afectan a millones de trabajadores, y que hacen una necesidad real el legislar cambios en nuestras leyes laborales para corregirlo, hecho que hace que sea muy fácil el que se genere una oleada de reformas diseñadas al vapor solo con la intención de ganar simpatía en medio de una campaña electoral, pero para evitar que nos pase algo similar al ejemplo de Argentina, estos cambios deben aplicarse de forma gradual y de la mano con el sector empresarial tomando en cuenta tanto sus necesidades como su capacidad de costear las nuevas prestaciones laborales. 

Por ejemplo, para lograr aplicar la reducción de la jornada laboral que es una de las principales de necesidades de justicia laboral de nuestro país, probablemente se deba negociar con el sector empresarial incrementos más discretos al salario mínimo, debido a que el salario mínimo ya alcanzó niveles que están comenzando a afectar sobre todo a las pequeñas empresas, y ahora la prioridad del gobierno mexicano debe ser que los patrones efectivamente respeten esta ley, ósea hacer cumplir nuestras leyes laborales para que cada vez haya menos mexicanos que ganan menos del salario mínimo.  

Por lo que, como podemos ver con el ejemplo anterior el cambiar las leyes no es la única manera de corregir injusticias y mejorar las condiciones de trabajo en México, y de la misma manera en que hay mucho camino por recorrer en este tema, también hay muchas áreas de mejora con lo que ya se tiene, sin necesidad de presionar los gastos operativos de las empresas, y se ha mencionado varias veces en este artículo, el corregir las injusticias laborales de México no debe realizarse a costa del futuro de nuestras empresas ya que son estas quienes emplean a más del 90% de los mexicanos. 


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