Como la industria de los videojuegos nos enseñó la importancia de los sindicatos

 

Frecuentemente y con justa razón en México atribuimos a los sindicatos la culpa de la ineficiencia del gobierno e incluso simplificamos la causa de grandes problemas nacionales a los respectivos que tienen secuestrados a Pemex, la CFE, el IMSS o la educación tanto a nivel federal como estatal, mientras que en Estados Unidos campañas anticomunistas durante la guerra fría y la infiltración del crimen organizado en algunos sindicatos cimentaron la mala imagen de los sindicatos en ese país. Pero el que existan este tipo de ejemplos que representan lo peor del sindicalismo, no significa que los sindicatos no deben de existir, ya que tienen la función de nivelar el poder de negociación de los trabajadores ante sus empleadores, que les permita garantizar la mejora de sus condiciones laborales, rol que resulta trascendental para la economía de un país, ya que a nivel macroeconómico la existencia o no de verdaderos sindicatos se ve reflejado en los ingresos promedio de los trabajadores. 

Por esta razón en este artículo, tomaré el ejemplo del movimiento de organización laboral en la industria de videojuegos, que está comenzando a dar resultados con la creación de sindicatos en algunas empresas importantes del sector como Blizzard y Microsoft, movimiento que está contribuyendo poco a poco a corregir toda una cultura de malas prácticas laborales que afectan a los trabajadores de esta industria desde sus inicios, y que no podían haber sido erradicadas de otra manera más que mediante la organización masiva de sus trabajadores. 

De la misma manera en que el resto de las disrupciones en el mercado laboral actual, el movimiento sindicalista en la industria de videojuegos es consecuencia de la manera en que la pandemia cambio muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, incluyendo la manera en que concebimos el mundo a nuestro alrededor, siendo uno de esos cambios la manera en que nos planteamos nuestras prioridades personales. Fenómeno que alteró por completo el comportamiento de los trabajadores a nivel general, y que se considera como uno de los principales factores detrás de la escasez de trabajadores a nivel mundial, escasez que a su vez alteró la balanza del poder de negociación entre trabajadores y empleadores, creando el escenario ideal para el resurgimiento de movimientos sindicales alrededor del mundo, alcanzando incluso sectores de la economía relativamente nuevos como la industria de los videojuegos. 

La cual representa el ejemplo perfecto para explicar por qué los sindicatos son importantes para el sano desarrollo de una economía, ya que además al ser una industria fácilmente identificable en la cultura popular, es más probable el que nos interese lo que sucede en ella a diferencia de otros sectores como la industria manufacturera, además del factor cultural la industria de los videojuegos es lo suficientemente grande para importar, ya que está valuada en 200 mil millones de dólares anuales, suma que sobrepasa a las industrias musical y editorial juntas.  

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Con publicaciones como God of War Ragnarok, Horizon Forbidden West, o Gran Turismo 7, que llegaron a las tiendas durante 2022, mientras que millones de usuarios alrededor del mundo se conectaron a juegos masivos en línea como Fornite, Minecraft o League of Legends, videojuegos que han vuelto parte de nuestras vidas el esperar fechas de lanzamiento de nuevos videojuegos, o conectarnos a eventos masivos de sus versiones en línea, pero para que todo esto sea posible las empresas detrás de estos videojuegos recurren a la implementación de jornadas extremas de trabajo que agotan física y mentalmente a sus trabajadores, condiciones de trabajo tan comunes dentro de la industria, que se le conoce como Crunch y el trabajar bajo estas condiciones es una norma en cuanto a lo que se espera de quienes trabajan en la creación y mantenimiento de videojuegos. 

A la cultura del Crunch que prevalece en la industria de los videojuegos se le puede definir, como la práctica de exigir a los desarrolladores de juegos trabajar largas horas durante períodos prolongados de tiempo, en los cuales se espera que trabajen horas extras, incluso hasta altas horas de la noche y durante fines de semana, con el objetivo de cumplir con los plazos de entrega. Situación que se traduce en una falta de equilibrio entre la vida laboral y la vida personal, que con el tiempo genera en los empleados problemas de salud como fatiga, estrés y agotamiento, pero a pesar de las críticas a lo largo de los años, esta práctica sigue siendo común en la industria aún en estos momentos, que solamente está comenzando a ser visto como un problema gracias a la presión obtenida gracias a la organización colectiva de los trabajadores de la industria. 

De ahí la importancia de que los trabajadores cuenten con un poder de negociación más nivelado con sus patrones, sobre todo si estos son grandes empresas que facturan cientos de millones de dólares a nivel mundial, ya que la falta de representación sindical de la mayoría de los trabajadores a nivel general que hemos vistos en las últimas décadas, ha facilitado el estancamiento de los salarios promedio y ha facilitado la precarización generalizada de las condiciones de trabajo, las cuales se han logrado gracias a campañas anti sindicalistas por parte del sector empresarial en Estados Unidos y a la mala fama que se han generado solos los sindicatos corporativistas en México. 

Por qué los sindicatos tienen mala fama en México 

Ya que para nadie es sorpresa que hoy en México la palabra sindicato se haya convertido en sinónimo de conceptos como; ineficiencia, corrupción, tráfico de influencias o de clientelismo político, en gran parte debido a que los sindicatos fueron el eje central de la política corporativista que estableció el gobierno mexicano entre la década de los 30´s y finales de los 80's del siglo pasado, que convirtió a los sindicatos de los trabajadores del estado y a algunos otros de empresas privadas, en instrumentos del gobierno para mantener un control  sobre la sociedad mexicana, y de esta manera, controlar y mantener la estabilidad política y económica del país, evitando la disidencia política gracias al control que representa el mantener a una parte significativa de los trabajadores mexicanos afiliados a alguno de los sindicatos corporativistas. 

Los cuales en el papel tenían la función de representar a los trabajadores y negociar en su nombre mejores condiciones de trabajo, pero en la práctica cumplían los objetivos que les imponía el gobierno en turno, como  mantener en orden a sus miembros, a cambio de nuevos contratos colectivos de trabajo que les permitieron ganar cada vez más poder, logrando incluso, obtener atribuciones que van más allá de la razón de ser de un sindicato, como el decidir a quién se contrata, el negociar nuevos puestos de trabajo aunque no fueran necesarios, o la delimitación de las funciones de los trabajadores agremiados propiciando la improductividad.  

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Conquistas laborales que le permitieron que los sindicatos estatales ganaran a su vez más poder tanto hacia sus agremiados como hacia el estado, poder que conservan incluso hasta nuestros días y hace prácticamente imposible el que nuestros gobernantes implementen cualquier cambio significativo en materia educativa, energética o de salud, debido a la amenaza de que los respectivos sindicatos que controlan estas instituciones del estado cierren la totalidad de las escuelas, hagan inoperantes los hospitales públicos, o detengan la producción y suministro de electricidad, ejemplo que podría fácilmente repetirse en otros servicios públicos indispensables para la vida diaria del país. 

Mientras que en el caso de los sindicatos del sector privado, en su mayoría se convirtieron en simulaciones de representatividad, ya que estas organizaciones están plagadas de malas prácticas como colusión de los líderes con las empresas, creación de sindicatos controlados por las empresas para evitar que se generen sindicatos reales, falta de transparencia en la elección de líderes, entre otras muchas malas prácticas que provocaron que estos sindicatos representaran los intereses del sector empresarial y no de los trabajadores. Situación que está comenzando a cambiar solo como consecuencia de la reforma laboral de 2019, que corrige la mayoría de estos problemas, siendo la verdadera razón por la que esta reforma fue creada y aprobada la presión de Estados Unidos y Canadá durante la negociación del tratado de libre comercio en 2018. 

 Por qué son necesarios los sindicatos 

Pero en la realidad a nivel internacional, los sindicatos son organizaciones que representan a los trabajadores con sus empleadores y juegan un papel trascendental en la protección y promoción de derechos y condiciones laborales justas, debido a que le proporcionan a los trabajadores una voz colectiva que les proporciona nivel de negociación mayor, que si lo hicieran de forma individual, consiguiendo de esta manera mejores condiciones de trabajo, además, ayudan a equilibrar el poder en el lugar de trabajo, ya que pueden proteger a los trabajadores de abusos como despidos injustificados o políticas organizacionales excesivas. 

Como es el caso de la cultura Crunch en la industria de los videojuegos, mediante la cual las empresas exigen excesivas jornadas de trabajo para poder cumplir con sus fechas de lanzamiento, práctica que se generalizó en la industria, debido a que culturalmente el desarrollo de videojuegos ha sido visto por varias generaciones como un trabajo soñado, lo que le brinda a las empresas desarrolladoras de videojuegos, un suministro constante de trabajadores muy motivados y dispuestos a soportar condiciones de trabajo mucho más exigentes de lo normal, con la esperanza de ser parte del equipo creador de un videojuegos, condición que convierte a los empleados de esta industria en piezas fácilmente reemplazables dentro de un sistema de creación de productos de entretenimiento. 

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Situación que solamente está comenzando a ser percibida como un problema, gracias a la presión hacia sus empresas y al cabildeo en la opinión pública, que los desarrolladores de videojuegos han conseguido gracias a la voz colectiva que les proporciona la organización, ya que una vez que lograron ganar la narrativa de que existe un problema generalizado que afecta sus condiciones de trabajo, les es más fácil el exigir a sus empleadores mejores condiciones de trabajo y el pago del tiempo extra trabajado, gracias a la presión mediática que un sindicato puede generar, la cual puede afectar la imagen de las empresas y a algunas de ellas puede dañar su valuación de mercado, dándoles a las organizaciones laborales un factor adicional de negociación. 

Pero también deben de limitarse los alcances de los sindicatos 

Lo que nos regresa a la otra cara de la moneda, ya que debido a que en este momento de la historia venimos de un periodo donde por varias décadas los trabajadores carecieron de representatividad, por lo que es fácil caer en el error de asumir que cualquier representación que logren los trabajadores es buena, error que junto con la cultura de la corrupción que prevalece en México nos puede regresar a los problemas que originaron la mala fama con la que cuentan los sindicatos, ya que si no se tiene cuidado y no se establecen límites sobre qué puede y que no puede hacer un sindicato y sobre todo si no se regula como debe ser la relación de los sindicatos con el gobierno y con los partidos políticos, podemos terminar en una situación similar a la que se encuentra Argentina en estos momentos. 

Donde los sindicatos de empresas privadas gracias a la suma de votantes que representan sus agremiados han establecido pactos de clientelismo con el gobierno y los partidos políticos de una forma similar a como lo hicieron los sindicatos de trabajadores del estado en México durante el siglo pasado, lo que les ha brindado un poder de negociación desproporcionado que les permite negociar con sus empresas incrementos salariales y condiciones laborales desproporcionadamente favorables para los trabajadores a tal grado en que convierten a sus empresas inviables debido al costo laboral que se les termina imponiendo. 

conclusión 

En conclusión, si bien la creación de sindicatos tanto en la industria de videojuegos como en el resto de la economía, no es una solución mágica para resolver todos los problemas que afectan a los trabajadores, si está ayudando a lograr cambios significativos en las condiciones generales de trabajo e incluso ha ayudado a destapar problemas específicos de algunas empresas o algunos departamentos de ellas, como las denuncias de acoso sexual y laboral de algunas mujeres que laboraban en Activision Blizzard, denuncias que no hubieran sido escuchadas de la misma manera, si no hubieran sido respaldadas por las organizaciones que en ese momento buscaban la creación de los primeros sindicatos. 

Situación que representa el ejemplo perfecto del porqué los sindicatos no solamente son indispensables para mejorar las condiciones de trabajo de una empresa, sino para garantizar un sano desarrollo de la economía en general, ya que al mantenerse o mejorarse las condiciones laborales en una empresa en específico se beneficia a sus trabajadores, pero si existen las condiciones adecuadas que permitan la organización laboral de un país, la suma de la mejora de las condiciones laborales de todos los trabajadores representados por sindicatos a nivel nacional, tiene la capacidad de permitir que el desarrollo económico se distribuya de mejor manera hacía todos los sectores de una economía. 

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Mientras que en el caso contrario, la falta de representatividad que se ha venido incrementando en las últimas décadas, producto de movimientos anti sindicalistas, regulaciones que impiden o limitan la capacidad de organización de los trabajadores, así como a la falta de leyes y reguladores que faciliten la organización de trabajadores, son algunas de las principales causas detrás del incremento de la desigualdad a nivel mundial, que se ve representada en indicadores como el estancamiento de los salarios promedio de los trabajadores, salarios promedio que incluso han perdido poder adquisitivo al aplicarles la inflamación de las últimas décadas y en el caso de países como México en la precarización de las condiciones generales de trabajo, debido a que es más difícil para un trabajador el poder exigir de forma individual incrementos salariales o mejores condiciones de trabajo. 

Además la falta de sindicatos que los representen, deja a los trabajadores sin una voz ante  la opinión pública y ante sus gobernantes, que les permita ser tomados en cuenta a la hora realizar cambios en las leyes, ya que de igual manera como ocurrió en la industria de los videojuegos, donde ha habido quejas y denuncias de trabajadores contra la cultura Crunch desde hace décadas, pero estas fueron vistas como sucesos aislados y nunca llegaron a llamar la atención de los medios de comunicación quienes pudieron haber expuesto el problema, ni de sus gobernantes quienes pudieron haber intervenido ya sea con inspecciones laborales en empresas específicas o con la creación de leyes o reglamentos. 

Ya que de la misma manera, en que los trabajadores se encuentran en una situación desigual el lugar de trabajo, también lo están ante la opinión pública, que al final del día es uno de los factores determinantes en la toma de decisiones de los gobernantes, sobre temas tan importantes como decisiones de políticas públicas, o decidir qué causas apoyar o que problemas deben resueltos mediante regulación, lo que explica porque los trabajadores no han sido tomados en cuenta en la leyes creadas en las últimas décadas incluyendo la reforma laboral de 2013, la cual resolvió muchas necesidades acorde a las relaciones de trabajo modernas, pero favoreció de forma desproporcionada a las empresas, generando nuevos problemas en el mercado laboral siendo uno de ellos el que originó al gobierno mexicano a prohibir el outsourcing en 2021. 

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