¿Es el control de precios la solución para contener la inflación?



2021 fue el año en que volvimos a preocuparnos por la inflación, pues en la mayor parte del mundo se registraron incrementos de precios no vistos en décadas, pero si analizamos más a detalle qué es lo que provoco este fenómeno, podemos ver que nos encontramos en el inicio de una época de alzas inflacionarias, similar a la que vivió el mundo en los años 70´s del siglo pasado, lo que provocó que el presidente López obrador declarara que se reunió con empresarios para controlar el precio de 25 productos de la canasta básica en caso de que la inflación no cediera, declaración que encendió las alertas tanto de la comentocracía nacional como de los sectores productivos, debido a que esta medida ha demostrado una y otra vez tanto en México como en muchos otros países, que no solo no es la solución para contener el alza de precios, sino que sus consecuencias se convierten en un problema aún peor que la misma inflación, entonces si el control de precios no es la respuesta correcta ¿Qué es lo que puede hacer el gobierno mexicano para controlar la inflación?

Y la respuesta a esa pregunta parece ser más que preocupante, ya que como lo explicaba en el post anterior además de la intención de establecer controles de precios, el banco de México ha incrementado las tasas de interés, y el gobierno federal ha implementado una serie de subsidios al precio de la gasolina, las cuales lamentablemente parecen ser las únicas medidas que nuestro gobierno planea implementar para controlar la inflación, lo que significa que haciendo un lado las terribles consecuencias que puede provocar el establecer controles de precios, la estrategia por contener el alza generalizada de precios se quedara corta, simplemente porque el incremento de los precios que nos está afectando en este momento, no es el resultado de una alta demanda interna de productos, sino que es generada por factores externos como la crisis en la cadena global de suministros y la guerra en Ucrania, por lo que el enfriar la economía mexicana mediante el incremento de las tasas de interés, no impedirá que sigan subiendo los precios de los productos que consumimos, ya que los precios de los productos que se están saliendo de control dependen de los mercados internacionales

Siendo esta la razón por la que el gobierno de López Obrador debe hacer algo para evitar que los precios de los productos sigan incrementándose, lo que explica por qué se está considerando una medida tan desesperada como el control de precios, ya que para obtener un mejor contexto, debo hacer hincapié en el hecho de que lo peor aún está por venir, sobre todo en lo que respecta al precio de alimentos, ya que entre Rusia y Ucrania producen el 29% del trigo y el 15% del maíz que se consumen a nivel mundial, factor que ya está afectando el precio de estos productos, ambos imprescindibles en la alimentación básica de los mexicanos, pero el efecto de la guerra de Ucrania en el precio del trigo y del maíz, apenas se está comenzando a reflejar en el mercado, ya que hasta el momento la guerra no ha afectado seriamente la demanda mundial de estos productos, debido a que la mayoría de la producción del invierno de estos dos países ya había sido cosechada y vendida antes del inicio de la guerra.

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Por lo que no será hasta finales de este año que la demanda mundial de trigo y maíz se verá afectada, ya que será hasta entonces que la oferta de estos dos productos se verá reducida, ya que debido a las sanciones se le impusieron a Rusia, es casi imposible que exporte sus productos al mundo, lo que sumado a que a consecuencia de la guerra, Ucrania no podrá sembrar la misma cantidad de trigo y maíz, el resto de los países del mundo deberán reemplazar la producción de estos dos países, lo que muy seguramente no ocurrirá y generara desabasto y aumentó significativo en el precio de estos dos productos, y por consecuencia de todos los alimentos que se preparan con estos dos productos, que van desde tortillas y pan hasta alimento para ganado y edulcorantes, lo que de forma indirecta afectara a la mayoría de los alimentos que conforman la dieta del mexicano promedio.

Para dimensionar mejor la magnitud del problema, basta con desagregar la tasa de inflación, ya que todo se complica cuando analizamos como se han incrementado los precios en el último año, ya que si bien la tasa de inflación general durante 2021 fue de 7.36%, en ese mismo periodo el precio de la canasta alimentaria medida por el CONEVAL se incrementó 12.8% en zonas urbanas y 13.9% en zonas rurales, lo cual ya genero un grave impacto en los índices de pobreza del país, ya que se incrementó el número de personas que no ganan lo suficiente para comprar los productos que el CONEVAL considera son los alimentos mínimos necesarios para cubrir las necesidades alimentarias de una persona, o sea quienes no les alcanza para comprar esta canasta alimentaria viven con problemas de desnutrición.

Y por si el problema de los alimentos no fuera suficiente para ensombrecer lo que viviremos en lo que resta del año, no debemos de olvidar las acciones de los países de Europa Occidental y de Estados Unidos por reemplazar el petróleo y gas natural que le compraban a Rusia, cuya demanda volverá a incrementarse en el invierno, cuando los hogares europeos se ven obligados a encender sus calefacciones alimentadas principalmente por gas natural el cual le compraban a Rusia. Motivo por el cual solamente podemos prever que no solamente los altos precios de los energéticos se mantendrán en el mediano plazo, sino que estos podrían incrementarse aún más, lo que no solo significa que las altas tasas de inflación se mantendrán, sino que un posible desabasto de energéticos podría desencadenar una nueva alza generalizada de precios a nivel mundial.

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Lo que nos explica la razón por la que el gobierno mexicano se está planteando el recurrir al control de precios, medida que no es nueva en México ya que los gobiernos priistas recurrieron a ellas en los 70´s y 80´s del siglo pasado, e incluso el gobierno de Peña Nieto intento hacerlo en 2014, lo que significa que esta no es una crítica al gobierno de López Obrador por tratarse de un gobierno de izquierda, pues esta es tan mala idea como lo fue en las ocasiones anteriores en que se ha implementado, pues esta más que demostrado que el establecer controles de precios provocan escasez de los productos que son controlados, pues solo cuestión de tiempo para que su producción deje de ser rentable y cada vez menos empresas o productores estarían dispuestos a comercializar estos productos, en gran medida debido a que la responsabilidad tanto de fijar el precio en el que deberán quedar los productos como su duración recae en funcionarios públicos, quienes carecen de toda la información y necesaria para tomar una mejor decisión a la que determinaría el mercado.

A lo que debemos sumarle los problemas socioeconómicos y las condiciones específicas en que se hacen negocios en México, principalmente la corrupción y el tráfico de influencias, lo que al igual como ocurrió en el pasado provocara acaparamiento de productos por parte de intermediarios en las cadenas de distribución de alimentos que son quienes tienen grandes capacidades de almacenamiento, ya que para que el gobierno pueda implementar eficientemente una política de control de precios, debe enviar a las calles a todo un ejército de inspectores que supervisen que los precios se respeten, los cuales como ya lo sabemos son fácilmente comprados para voltear para otro lado mientras algunos acaparan productos en espera de que el precio aumente o los vendan a precios superiores a los establecidos.

Ante todo, esto seguramente podrías preguntarte, que importa que se generen acaparamientos de productos o corrupción en algunos niveles o regiones del país, con tal de que el precio de los alimentos se controle, debido a que la inflación es el fenómeno económico que más afecta a los ciudadanos principalmente a los más pobres, y el cuidar el poder adquisitivo debe ser la prioridad del gobierno. Argumento que es correcto, pero solamente en lo que respecta al hecho de que en este momento la prioridad del gobierno mexicano debe ser el controlar la inflación, pues la inflación descontrolada no es otra cosa que una rápida devaluación del salario de los trabajadores que perciben ingresos fijos, pero el implementar controles de precios no es la solución correcta.

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Existen otras medidas que puede implementar el gobierno de México para controlar la inflación, como la implementación de compras anticipadas de alimentos coordinadas por la secretaria de economía, para de esta manera garantizar el abasto del trigo y maíz que México consumirá entre el otoño de 2022 y la primavera de 2023 que es cuando el mercado de estos productos estará pasando por su peor momento, ya que el incremento del precio al trigo y al maíz que se ha observado desde el inicio de la guerra de Ucrania, obedece más al acaparamiento que se está viendo por algunos países encabezados por China, situación a la que el gobierno mexicano no le ha prestado la menor importancia hasta este momento.

Aunque si bien dada la dinámica del mercado de importación de granos de las empresas mexicanas, el abasto suficiente de trigo y maíz no debería de significar un problema, debido a que las empresas mexicanas importan estos productos de Estados Unidos donde ya se están haciendo compras anticipadas, pero él hecho que México no realice compras anticipadas desde este momento, expondrá a las empresas mexicanas al riesgo de tener que adquirir estos productos a precios peligrosamente altos dentro de unos meses cuando el trigo y el maíz escaseen en el mundo debido a la falta de las exportaciones de Rusia y Ucrania.

Además, en caso de que la implementación de compras anticipadas se quede corta o consiga precios más elevados de los esperados, el gobierno de México puede recurrir a subsidios en alimentos específicos, como por ejemplo los que conforman la canasta básica, o los más imprescindibles en la dieta de la mayoría de los mexicanos, de la misma manera que se hizo en 2010, cuando se subsidio el precio de la tortilla para contrarrestar el alza del precio internacional del maíz. Y si bien esta medida fue muy criticada en su momento, las consecuencias de subsidiar productos imprescindibles como alimentos de la canasta básica, son memores que el control de precios, ya que la consecuencia de implementar subsidios es el costo que estos representan a las finanzas públicas, pero ese costo esta más que justificado dado el objetivo de mantener los alimentos accesibles para la población, pero el establecer controles de precios, puede provocar que se rompan las cadenas de distribución de alimentos lo que podría provocar problemas de abasto incluso mucho tiempo después que la época de presión inflacionaria haya terminado.

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