¿Son los subsidios a la gasolina la única opción para contener la inflación?




Tanto en México como en el resto del mundo nos encontramos en ese momento histórico en que aun quien vive debajo de una piedra escucha comentarios sobre lo caro que están la mayoría de los productos y justo cuando creíamos que los precios de los productos comenzaban a reducirse para volver a la normalidad, las sanciones impuestas al petróleo ruso como consecuencia de la guerra de Ucrania han provocado un incremento récord en los precios de las gasolinas a nivel mundial, lo que sin lugar a duda terminara traduciéndose en el incremento de los precios de los demás productos que consumimos, los cuales ya se encontraban considerablemente altos debido a la alta inflación registrada en 2021. Lo que ha llevado al gobierno mexicano a una vez más subsidiar la gasolina, mediante estímulos fiscales lo que me lleva a preguntarme ¿es esta una buena idea? ¿Son los subsidios a la gasolina la mejor opción para contener la inflación? 

Comencemos recordando que los estímulos fiscales a la gasolina no son algo nuevo ni para México ni para el gobierno de Lopez obrador, ya que desde que inició su sexenio han utilizado reducciones temporales al IEPS que se cobra por la gasolina y diésel que consumimos, para asegurarse que el precio no se incremente más allá de la inflación general, pero a diferencia de las pequeñas reducciones al IEPS que se han implementado en el transcurso del sexenio, hace un par de semanas se anunció un estímulo del 100% del IEPS así como estímulos complementarios al ISR y al IVA que pagan las estaciones de servicio por cada litro de gasolina que venden, lo que en otras palabras significa que el gobierno está renunciado a cobrarle impuestos a la venta de gasolina. Lo que ha provocado una reacción negativa en la mayoría de los medios nacionales de comunicación, quienes argumentan que esta medida se trata de un subsidio regresivo que solo beneficia a los mexicanos más ricos que son quienes más gasolina consumen, además de enfatizar el efecto que este estimulo tendrá en las finanzas públicas de México, ya que en 2020 solo la recaudación de IEPS a la gasolina y diésel represento el 6.25% de los ingresos totales del gobierno federal. 


Pero hay un punto de vista que falta sobre este tema, que es si este costo vale la pena con tal de frenar la inflación, ya que de igual manera en que no hay como no estar de acuerdo en que el subsidiar las gasolinas, si es un subsidio regresivo y los efectos de ese 6% de ingresos que el gobierno dejara de recibir podrían representar el antecedente de una crisis de finanzas publicas de final de sexenio, fenómeno que México ha dejado de sufrir desde 1994. Pero de la misma manera podemos decir que existe un consenso sobre que la inflación es el peor impuesto que puede sufrir el ciudadano promedio y que sus efectos afectan más a la población de menores ingresos por lo que en las condiciones específicas del contexto en que nos encontramos en este momento el subsidiar las gasolinas muy seguramente representa el elegir entre el menos malo de los males. 

Ya que durante 2021 México registro una inflación del 7.36% la más alta en 21 años, dato que si lo analizamos de forma desagregada la situación es aún más grave, ya que, por ejemplo, los precios de los alimentos se incrementaron en tasas superiores a la inflación general hasta llegar a ejemplos de alimentos específicos cuyos precios se incrementaron en más del 90%, y es por esta razón que el frenar la inflación debe ser una prioridad para el gobierno mexicano, ya que de no hacerlo la única duda que nos quedaría será el pronosticar que tanto se incrementaran los índices de pobreza, los cuales ya se encuentran a la alza en este momento como consecuencia de los efectos de la pandemia, y por si no fuera poco, a este contexto debemos agregarle el hecho que el presidente Lopez Obrador utilizo el no incremento del precio de la gasolina como una de sus promesas de campaña. 

Y el comprender por qué el presidente López Obrador utilizo el no incremento del precio de la gasolina como una de sus promesas de campaña, nos ayuda a entender porque es importante el impedir que se salga de control el precio de la gasolina, ya que la razón por la que específicamente el precio de la gasolina se utiliza políticamente, es porque es una de las pocas maneras en que se puede comunicar eficientemente que se está haciendo algo por contener la inflación, o dicho en otras palabras que se está defendiendo el poder adquisitivo de la población, ya que si bien, la mayoría de los ciudadanos no entienden la mayoría de las acciones que un gobierno puede implementar para mejorar la situación económica, pero si entienden que cuando el precio de la gasolina se incrementa es solo cuestión de tiempo para que el resto de los productos que consumen se incrementen también, ya que el costo de transporte es uno de los principales factores que influyen en los precios de los productos. 


Lo que nos lleva al pero de esta historia y que en el caso de esta administración ha sido su talón de Aquiles, ya que el problema recae en cómo se implementan estos subsidios, y en como la secretaria de hacienda debería estar tomando las medidas necesarias para balancear el presupuesto federal, ya que es evidente que se tendrán que realizar más recortes a un ya muy austero presupuesto para contrarrestar ese 6.25% de ingresos que no llegarán a hacienda y por lo tanto no podrán utilizarse en obras públicas, servicios públicos, gasto corriente, o cualquiera haya sido el fin a que ese recurso estaba previsto en el presupuesto de egresos aprobado por el congreso. 

Y para determinar qué tan grande será el costo de subsidiar a las gasolinas es necesario el intentar responder ¿Por cuánto tiempo van a ser necesarios estos subsidios? Ya que los altos precios internacionales de los energéticos se originan en el ajuste que el mercado ha tenido que hacer debido a la falta del petróleo ruso, el cual no se puede comercializar debido a las sanciones consecuencia de la guerra de Ucrania, y si bien tanto Estados Unidos como Europa están implementando medidas de emergencia para corregir este problema, que está dañando fuertemente a sus economías, se estima que los precios deberán reducirse en cuestión de semanas, pero estos no volverán a los niveles que tenían antes de la guerra por lo menos no en el mediano plazo, ya que principalmente están recurriendo al uso de sus reservas estratégicas de petróleo para dar tiempo a que los productores puedan incrementar la oferta, lo que hasta el momento no hay un consenso de cuánto tiempo tomaría, lo que hace muy probable que el problema de los altos precios de la gasolina se mantenga por lo menos lo que resta de este año, y por consecuencia la necesidad de subsidiar el precio de la gasolina en México se mantendría por lo menos por lo que resta de este año, por lo que la probabilidad de que el gobierno mexicano renuncie al 100% de la recaudación de IEPS en gasolinas y diésel de este año es muy probable. 

Si bien el gobierno mexicano argumenta que el costo de subsidiar la gasolina se compensara con los excedentes petroleros, generados por las utilidades obtenidas en la venta de petróleo crudo como consecuencia del alza del precio del petróleo, pero existe todo un debate sobre si realmente alcanzaran estos excedentes para contrarrestar ese 6% que podría no recaudar el gobierno federal, ya que varios analistas argumentan, que esos excedentes están calculados en base a una proyección de la producción petrolera de PEMEX poco realista que muy seguramente no se alcanzara. Por lo que resulta indispensable que la secretaria de hacienda explique de forma clara, como espera contrarrestar el ingreso que no recaudara y sobre todo que medidas aplicara en el caso de que los excedentes petroleros no alcancen para pagar el subsidio a la gasolina. 


Por esta razón es que no basta en que el presidente o su gobierno tengan una buena intención, ya que, por ejemplo, en este caso debido al contexto especifico que vivimos en este momento, considero que el subsidiar la gasolina es la decisión correcta ya a mi particular punto de vista, el contener la inflación debe ser una prioridad para todos los niveles de gobierno, pero eso no significa que el frenar la inflación deba hacerse a cualquier costo. Y es por esta razón que este tipo de subsidios se deben implementar de forma bien planeada, tomando en cuenta los ajustes que se deben hacer al presupuesto, para contrarrestar ese 6.25% de ingresos que muy seguramente no se recaudarán y tampoco podrán ser compensados con excedentes petroleros. 

Lo que hace aún más importante el que nos expliquen de forma clara y convincente como se pagaran estos subsidios, ya que comentarios vagos sobre que mágicamente los excedentes petroleros son la solución, ha estado lejos de aclarar este punto a la opinión pública nacional, debido a que con justa razón han dejado la puerta abierta a la especulación y sobre todo a la desconfianza, una desconfianza bien fundamentada en la manera como este gobierno aterriza sus proyectos. Y si le sumamos lo delicada de la situación económica de México en que apenas estamos comenzando a ver la luz en lo que parece ser el fin de la pandemia, resulta más importantes que se aclare esto y sobre todo que se deje claro que cuentan con opciones en caso de que los excedentes petroleros no alcancen, opciones que consistan en recortes presupuestales, ya que si bien este gobierno se ha caracterizado por implementar fuertes y cuestionables recortes presupuestales, aún quedan áreas a las que se pueda recortar por ejemplo el rescate de PEMEX que se está llevando hasta el 0.5% del PIB de México solo para pagar su deuda, que junto con la necesidad del gobierno federal de cubrir las pérdidas operativas de PEMEX representan el gran hueco a las finanzas públicas que ha obligado a este gobierno a implementar los fuertes recortes presupuestales, que han desviado grandes proporciones del presupuesto nacional de áreas tan importantes como la salud, por lo que a la hora de evaluar costos debe ser más importante el defender el poder adquisitivo de los mexicanos, que rescatar una empresa paraestatal, y que al final del día estos recursos han terminado beneficiando al cuestionado sindicato de PEMEX y sus privilegiados dirigentes. 

Pero desafortunadamente esta falta de claridad a la hora de explicar cómo se pagara el subsidio a la gasolina, solo nos deja claro que el gobierno federal no tiene una estrategia más allá de pagarlo con los excedentes petroleros hasta donde alcancen, y después de eso pagarlo con deuda, de la misma manera en que están financiando el incremento del 8.5% del monto a gastar en el presupuesto de 2022 en comparación con el presupuesto 2021, incremento que se pagara casi exclusivamente con deuda, lo que podría convertir a la deuda pública de México en un foco rojo, que sumado a un bajo crecimiento del PIB, una reducción de la producción petrolera, una inflación más alta de lo esperado, y una constante salida de dinero del sistema financiero mexicano, nos arroja un futuro muy poco prometedor para la economía mexicana. 

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