¿Podrá China detener la propagación del coronavirus en el primer trimestre de 2020?

A pesar de que el número de contagios del Coronavirus ya superan a las contagiadas por el SARS hace 17 años, los datos sugieren que la propagación del virus alcanzará su punto máximo en las próximas dos semanas, gracias a las extremas y sin precedentes medidas que ha tomado China para contener la epidemia, y todo indica que el objetivo del gobierno chino es contener la propagación del virus en el primer trimestre de 2020, para limitar sus efectos en su economía.

Si algo nos ha enseñado la epidemia ahora denominada covid-19, es la capacidad sin precedentes de China tanto para movilizar recursos, como para contener la movilidad de su población y de controlar la información para contener el pánico entre sus ciudadanos, algo que al parecer solo es posible en un régimen autoritario como el de Xi Jinping. Por ejemplo, el 23 de enero se anunció el aislamiento de la provincia completa de Hubei, debido a que el 97% de los casos de contagio se concentraban en esa zona y de esta manera prevenir que se siga esparciendo por el mundo, en complemento con otro programa enfocado en identificar y monitorear a todos los ciudadanos que viajaron hacia y desde Wuhan desde que se detectaron los primeros casos.

Además, el mundo vio con asombro como solo en 10 días se construyó un hospital con mil camas para atender la emergencia, la movilización masiva de personal y suministros médicos, así como el modificar plantas de artículos electrónicos para fabricar tapabocas. Todo ello demostró la capacidad de este país para prevenir que la epidemia se propague inclusive a costa de afectar el dinamismo de su economía, pues para contener la emergencia la cadena mundial de suministros fue interrumpida.

Pero, ¿por qué la urgencia por contener la epidemia antes de que termine el primer trimestre del año? además de la obviedad de contener el número de muertes de personas, en estos momentos el gobierno de Xi Jinping se encuentra en una encrucijada por perder lo menos posible, sobre todo ante 4 problemas que se le están presentando:

• La posible revuelta de los ciudadanos chinos, quienes durante años han estado sometidos a un régimen autoritario, que constantemente les limita derechos tan importantes como la libertad de expresión y la privacidad, lo más visible que tenemos en el mundo occidental al respecto, son las protestas que se han generado en Hong Kong contra el gobierno central. Este descontento ha encontrado un caldo de cultivo durante la cuarentena, debido a que los ciudadanos Chinos han expresado su malestar en las redes sociales, tomando como estandarte un muy probable encubrimiento del estado, primero sobre la existencia del virus y después sobre sus verdaderos efectos, lo que está poniendo a prueba los diversos y muy cuestionados controles que tiene el gobierno chino sobre sus ciudadanos.
• Contener el impacto a largo plazo en su economía, si bien aún es muy pronto para predecir el verdadero impacto económico que tendrá el Coronavirus, es un hecho que sus efectos se incrementaron en relación al tiempo que dure la emergencia, y su efecto incrementara las consecuencias a largo plazo, conforme se comiencen a perder empleos a causa de la cuarentena y demás medidas implementadas para contener la epidemia.
• La negociación de la fase dos del acuerdo comercial con Estados Unidos, si bien aún no hay una fecha para el inicio de las negociaciones, entre mayores sean los efectos del coronavirus para China, más debilitado llegara su gobierno para negociar la fase dos del acuerdo, lo que impactará directamente en la cantidad de aranceles que potencialmente el gobierno estadounidense podría quitar o reducir a las importaciones chinas.
• Detener la presión sobre la cadena global de suministros y evitar que más fábricas migren a otros países, pues con cada día que pasa se incrementa el número de plantas industriales, que son obligadas a parar o a reducir su producción por falta de partes y suministros provenientes de China, hecho que se suma a los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos, la cual que ha obligado a fabricantes de todo el mundo a considerar mover sus líneas de producción fuera de China, situación que solamente se ve más agravada por la emergencia del Coronavirus.